Una deuda con la Tesorería General de la República surge cuando no se efectúa el pago debido de impuestos como el IVA, contribuciones u otros gravámenes. En este caso, no se trata de recibir fondos del Estado, sino de adeudar al mismo, debido a transacciones anteriores en las cuales no se han cumplido las obligaciones tributarias establecidas. La Tesorería General juega un rol esencial en supervisar y gestionar estos pasivos financieros, asegurando que se cumplan los plazos y condiciones acordados, lo que contribuye a mantener la integridad fiscal y el adecuado funcionamiento de las finanzas públicas.