Rendimiento Óptimo: Mantiene las cuchillas en condiciones ideales para cortar de manera eficiente y precisa.
Longevidad: Prolonga la vida útil de las cuchillas, evitando la necesidad de reemplazos frecuentes.
Ahorro: Es más económico rectificar y afilar cuchillas que comprar nuevas constantemente.
Seguridad: Una cuchilla bien afilada reduce el riesgo de accidentes y cortes irregulares.